Siempre había leido sobre ella en todas las guías pero nunca había tenido la ocasión de verla cara a cara: la tan venerada Amanita cesarea¡¡ Y este fin de semana he tenido la suerte de encontrarla y observar todos los detalles de esta yema de huevo que revienta la tierra del alcornocal con su naranja descarado y su delicada y húmeda volva, cual calimero saliendo del cascarón. Tengo que reconocer que me asustó la novedad y me costó probarla, aunque sabía que no podía ser otra... pero a mi paladar, que esperaba el más sublime de los aromas fúngicos, no le resultó superior al boleto o a la seta de cardo... aun así, me ha encantado conocerla.
Las lluvias de primavera permiten que estas caprichosas setas broten en nuestros campos, generalmente semiocultas entre las hierbas de la ribera o sobre las raíces de los árboles. Las colmenillas o cagarrias (género Morchella) apreciadas por algunos gourmets, pero tóxicas en crudo, son unas setas increiblemente peculiares con ese aspecto cavernoso de sus sombreros. También las orejas de gato negras (o bonetes?) (género Helvella) son curiosos hongos de singular aspecto a los que solo se suele ver el sombrerillo negruzco asomando por la hojarasca.
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