Las lluvias de primavera permiten que estas caprichosas setas broten en nuestros campos, generalmente semiocultas entre las hierbas de la ribera o sobre las raíces de los árboles. Las colmenillas o cagarrias (género Morchella) apreciadas por algunos gourmets, pero tóxicas en crudo, son unas setas increiblemente peculiares con ese aspecto cavernoso de sus sombreros. También las orejas de gato negras (o bonetes?) (género Helvella) son curiosos hongos de singular aspecto a los que solo se suele ver el sombrerillo negruzco asomando por la hojarasca.