Esta vez elijo la foto del paisaje en lugar del pequeño detalle, por su inmensidad, su valor ecológico, su dimensión paisajística y su gran belleza. Asturias no cansa. Sus rincones salvajes de hayedos y robledales escondidos, salpicados de acebos, brezos, abedules, serbales, arándanos, grandes helechos...surcados por arroyos cristalinos y veredas imposibles. Por donde camina el osu dicen allí. Y a veces te da la sensación que un lobo te observa en la espesura..